Rubén Costas es productor forestal, docente en la Facultad de Ciencias Forestales e investigador de la UNaM. También integró el Infopro. En esta columna afirma que el plan económico de Milei constituye para Misiones una “tormenta perfecta” y llama a reflexionar sobre los caminos que se pueden instrumentar localmente para atenuar el impacto sobre el sector productivo y buscar nuevas soluciones. Entre otras cuestiones, propone reducir la presión impositiva y eliminar la Tasa Forestal.
Por Rubén Costas*
Llevamos casi un año y medio del actual Gobierno Nacional, con logros como la notoria baja de la inflación, el equilibrio fiscal y la lenta recuperación del crédito, entre otros aspectos positivos macroeconómicos.
Hay otros aspectos no atendidos o no resueltos de la economía real, la que produce e industrializa bienes y los comercializa en el mercado nacional o los exporta, y el comercio de zonas de frontera.
Dada la estructura económica y ubicación geográfica de Misiones, la política económica nacional es como una tormenta perfecta para la provincia, con duración incierta.
La revaluación del peso, sirve por un lado para mejorar las condiciones para ir al exterior de turismo o de compras, y por otro lado disminuye la afluencia de turismo internacional, se resienta el comercio local, aumentan las importaciones y disminuyen las exportaciones.
Finalmente, toda la cadena socio económica es afectada. La desregulación yerbatera en momentos de sobreoferta de materia prima y el tipo de cambio bajo derrumbaron los precios, quizá debajo de los costos de producción de muchos productores.
Resultados: Los que necesiten dinero venderán al precio que les paguen y los que no quieran perder plata y no estén apretados no cosecharán y verán qué hacen con los yerbales.
El sector Foresto-industrial, el que más superficie ocupa de la provincia, que más empleo industrial y exportaciones genera, el que más aporta al Producto Bruto Geográfico de Misiones entre las producciones primaria e industriales, está muy complicado.
El mercado local deprimido por la recesión y la ausencia de obras públicas. Las exportaciones complicadas por el tipo de cambio (dólar) bajo y precios internacionales relativamente bajos.
Antes lo advertimos. Ahora vemos que se van cerrando industrias y dejando gente sin trabajo.
En los años 90 se aplicaron políticas económicas similares a las actuales y los resultados fueron desastrosos para miles de misioneros.
En la actualidad tenemos aproximadamente 60% más de de población y algunos de los recursos están menos disponibles.
No se vislumbra que el Gobierno Nacional vaya a cambiar el rumbo de sus políticas, por vocación y/o por intereses.
El asunto es qué se puede hacer en el ámbito provincial para atenuar los impactos o fomentar diversificaciones e innovaciones necesarias para afrontar nuevas realidades.
Está bien emprender por el lado tecnológico y fomentar el desarrollo de herramientas digitales para la vida cotidiana. Pero hay miles de misioneros fuera de ese ecosistema y que tienen que parar la olla todos los días en las chacras o en los centros urbanos y se les está complicando la vida.
Apoyo a la diversificación e innovación, lideradas por profesionales idóneos y competentes.
En los años 90 vimos pasar funcionarios que promovieron la rana toro y la frutilla, entre otras ideas fallidas.
Se trata de juntar demanda real insatisfecha con capacidades productivas.
¿Por qué no hay manifestaciones públicas ni notas alarmantes de los sectores ganadero y hortícola?
Por la demanda real insatisfecha, en ambos casos se produce en la provincia menos de lo que se consume. Las rentabilidades pueden ser oscilantes, pero a la larga funcionan.
El profesionalismo en la función pública tiene que servir para hacer proyecciones con conocimientos.
Si llegamos a las sobreofertas actuales de materia prima forestal y de yerba mate, fue por falta de previsión.
Si dentro de 10 años falta materia prima forestal será por falta de previsión. Los ciclos de estos cultivos son de mediano y largo plazo, no se debe plantar tanto cuando hay buen precio y no plantar cuando los precios son bajos. Quizá cueste entender, pero es de manual.
No por experto sino por andado en años, creo parte de la solución en la provincia son los sistemas agroforestales.
También hay que aprovechar el cambio climático que nos estaría llevando de clima subtropical a tropical.
Combinaciones de yerbales de baja producción con árboles frutales tropicales y/o producción animal. Combinaciones de plantaciones forestales jóvenes con cultivos anuales, plantaciones forestales de edades medianas con árboles frutales tropicales, sistemas silvopastoriles, entre otras posibilidades afines.
Para algunas opciones se requiere cambios de modos de producir, crear asociaciones inteligentes. Productores o empresas forestales sin maquinaria agrícola trabajando con empresas que tengan maquinaria para realizar cultivos anuales.
Productores yerbateros o forestales con cooperativas de obreros que planten cultivos anuales. Se producirían alimentos, se gastaría menos en agroquímicos, menos impactos ambientales y trabajo para gente desocupada.
Para otras alternativas se requiere apoyo para la conversión productiva. Entre 2006 y 2010 la provincia implementó los planes ganaderos y Pro-alimentos, con aumentos importantes de la producción animal.
Podrían revisarse esas experiencias e implementarlas de manera mejoradas. Las Pymes foresto-industriales requieren de atención urgente. Está al alcance de la provincia quitar parte de la carga tributaria, por lo menos para ponerlas en igualdad de condiciones de sus pares competidoras de Corrientes y Entre Ríos, que igual están complicadas.
La Tasa Forestal que sólo se aplica en Misiones es insostenible. También acompañar a las empresas que exportan, con logística y otros aspectos que bajen los costos de ese comercio y faciliten operaciones.
No se pide tanto, un poco de creatividad y trabajo de gestión profesional para adaptase a la situación. Si seguimos haciendo lo mismo, privados y Estado, tendremos los mismos resultados.
Eldorado, 22 de mayo de 2025
*Ing. Forestal Rubén A. Costas
Docente – Investigador FCF (UNaM)
Pequeño productor foresto ganadero
Fuente: Plan B