En la apertura de este encuentro, el subsecretario de Desarrollo Forestal del Ministerio del Agro y la Producción, Juan Gauto, afirmó que “el desarrollo foresto industrial asociado a los bosques cultivados está fuertemente ligado al cambio tecnológico, que se da de la mano de la asistencia técnica como elemento que identifica el estado de la industria; pero a su vez, estas variables -la necesaria intervención de la capacitación, la transferencia de conocimiento y el citado cambio tecnológico-, van de la mano del financiamiento. Ahora el tema es pensar si eso mismo se puede aplicar al bosque nativo”.
“Cuando vi las propuestas del Colegio Ingenieros Forestales de tener más superficies de bosques con Ordenamiento Territorial, eso significa bosques preparados y conocidos en su existencia para la producción maderable, pensé que sería bueno tener al detalle el valor que tenemos en el bosque nativo de uso maderable sustentable y definida la oferta, porque el diseño del negocio sería distinto”.
Mariano Marczewski, director de Bosques Nativos del Ministerio de Ecología y RNR, acercó la propuesta de pensar un Polo Tecnológico para el agregado de valor de la madera nativa en origen, y puede apuntar al mismo lugar. Conocer bien la oferta de madera, su posibilidad de reproducción en el tiempo, contar con industrias con las tecnologías apropiadas y un diseño para el valor agregado; son cuestiones presentes o en proceso en la provincia”.
Así, comenzó su presentación indicando en primera instancia que “invitamos a varios fabricantes de muebles o componentes en madera nativa con la idea de volcar sobre la mesa ideas concretas para que el bosque nativo genera más riqueza y valor en zona de origen, porque a veces vemos que las zonas con más bosque nativo no son las más desarrolladas foresto industrialmente, y por eso el desafío es diseñar un esquema que permita la convergencia de varias herramientas que atraigan la atención del industrial y generen proyectos de valor agregado como muebles, aberturas, viviendas, etc.”.
Explicó que “en anterior oportunidades en la Mesa Forestal Provincial brindamos datos sobre autorizaciones de planes para cambio de uso de suelo y manejo sustentable que de alguna manera nos pueden indicar qué disponibilidad de materia prima tienen los industriales para el desarrollo de proyectos”.
“Entre los años 2015 y 2019 autorizamos 327.677 hectáreas bajo planes de manejos sustentables (en 137 planes) y 14.861 hectáreas fueron habilitadas para cambio de uso de suelo (en 58 planes) con proyectos sustentables en sus tres competentes: ambiental, social y económico”. Luego, detalló las cifras año por año, y resumió esos datos en que “en promedio el cambio de uso de suelo sería en 2.972 hectáreas anuales y 65.535 hectáreas en Plantes de Manejo Sustentable, y el volumen en metros cúbicos por año autorizado para aprovechar en forma sostenible es de 124.620 metros cúbicos. En cuanto al Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos (OTBN) de 2010/2016 da cuenta de una pérdida promedio anual de 5.846 hectáreas, tanto por autorizaciones 3.600 y el resto en concepto ocupaciones irregulares que todos conocemos”.
“No todos los Planes de Manejo de Suelo se dan forma simultánea -aclaró- porque se da un esquema de rodales y tramos anuales, y hasta la fecha se encuentran habilitadas para aprovechamiento de uso activo 32.573 hectáreas de 42 titulares, de esa superficie se autorizaron guías de extracción para 24.769 de metros cúbicos y se transportaron poco más de 10 mil metros cúbicos, y las principales especiales en su mayoría son guayubira, anchico colorado, raboitá, laurel ayuí, sota caballo y guatambú. El resultado del Sistema de Administración, control y Verificación Forestal (SACVeFor) da como resultado que hay 44 obrajeros activos, 66 vehículos de transporte monte – industria, 52 industrias que reciben esos rollos de 42 titulares 15 técnicos, 109 guías emitidas y 400 remitos forestales de transporte cerrados”.
“Calculamos que el sector puede soportar más o menos una ocupación de 555 operarios en monte (198 motosierristas, 218 maquinistas, 139 camioneros, 218 industrias y 3.338 operarios industriales, un total de entre 3500 y 4.000 personas podrían trabajar activamente). La idea entonces es disponer sobre la mesa esta propuesta que surge en parte de este debate pero, además, de diversas charlas con Colegios del sector, y del que se puede visualizar este cuadro: Esos 124.620 metros cúbicos de rollos autorizados anualmente, de las 5 especies más demandas (guayubira, rabo, anchico) pero no por ello las más caras, el valor promedio en mercado de 1.261 pesos por mt3 arroja un movimiento de unos 157 millones de pesos anuales (casi dos millones de dólares al cambio oficial de 80 pesos por dólar), pero si le agregamos una primera transformación, como tirantes, serían 29 millones de pies cuadrados y con un valor aserrado promedio, daría unos 1.162 millones de pesos, unos 14 millones de dólares, y ahí se ve la diferencia, 3 o 4 veces el valor del rollo, y si fuera aberturas sería de aproximadamente unos 4.300 millones de pesos. No es tan lineal el tema, pero el desafío es direccionar los recursos y el esfuerzo intelectual para que todas las áreas con injerencia forestal vean lo atractivo que es darle este valor agregado y lo más cercano al bosque. De esto se viene hablando hace años, no es simple, pero el desafío es lograr el desarrollo industrial sostenible de la madera del bosque nativo con el mayor valor agregado y lo más cercano posible al lugar de origen de esa madera, con puestos de trabajo estable y con excelentes condiciones laborales para los recursos humanos locales”.
“Por eso, la idea de este programa provincial de promoción del desarrollo industrial local para madera de especies nativas plantea como objetivo principal “lograr que la cadena productiva se desarrolle totalmente en Misiones y en las localidad cercanas al origen de la materia prima, con recursos humanos locales, y si bien sabemos que no es fácil conseguir mano de obra calificada, la idea es tener una estrategia de mediano plazo como para, gradualmente, con todas las áreas y las cámaras alcanzar este objetivo”.
Luego brindó una serie de objetivos específicos: Implementar el establecimiento de Polos de investigación y desarrollo para la utilización de la madera de especies nativas; lograr Productos con el máximo valor agregado de la madera de bosques nativos; Establecer industrias competitivas de productos terminados, en áreas estratégicamente ubicadas en cercanías de las masas boscosas proveedoras de materia prima; Implementar un sistema de investigación, desarrollo y promoción para dicha áreas que posibiliten que se canalicen todas las herramientas de promoción industrial existentes; Generar mecanismos y procesos que optimicen y hagan eficiente el uso de la madera nativa generando productos para mercados específicos que valoricen diseño, Manejo Sustentable, etc.; Promocionar allí el Valor agregado industrial de la madera y sus productos derivados a partir de un sistema de cadena de valor integrada entre las industrias; Promocionar la utilización de recursos humanos locales; Promocionar la Capacitación continua de los recursos humanos involucrados, en la cadena de valor de la madera nativa; Promocionar el Diseño de muebles y productos terminados de origen misionero; Incentivar el Desarrollo tecnológico para la mayoría de las especies del bosque nativo que hoy no tienen demanda en el mercado.
“Para estos objetivos –señaló Marczewski- convocaríamos a organismos provinciales, municipios, productores industriales y a las instituciones que tienen vinculación con la capacitación de recursos humanos y el desarrollo de tecnologías y diseño; un amplio grupo de actores con potencial interés”.
Tras esta presentación, el presidente de APICOFOM, Guillermo Fachinello, relató que “tengo experiencia en toda la cadena de bosque nativo, desde los primeros pasos porque mi papa hacia jangada y hoy vamos en bitren, y el problema de siempre con el bosque nativo fue la informalidad, y por eso vemos con vemos con buenos ojos lo que están haciendo para frenar la competencia desleal; y eso cierto que hace falta capacitar pero, además, hace falta difundir lo que hacemos. Hay empresa que hacen las cosas muy bien pero nos están ganando el mueble plano y el perfil C, y eso es porque cuesta mucho trabajar en la asociatividad. A veces, como dice Ernesto Miot, resulta mejor vender la madera en bruto que la elaborada y eso es porque no le damos valor agregado, y tampoco alcanza con agregar tecnología por la falta de continuidad, y así es difícil ganar un mercado”, tras lo cual añadió que “tenemos que aprovechar el bosque con otras especies, y eso hará más rentable el monte”. Para ratificar ese propuesta mencionó que “en el caso del pino, desde que plantas hasta que pusiste un calvo en el techo, el valor de la madera sube 60 veces, mientras que lo mismo pero en el bosque nativo es de sólo 5 o 6 veces. Hay una gran brecha, y el poder de lobby y nuestra falta de respuesta nos hacen perder mercados”.
“Otros problemas que vemos son, por un lado, que el Ministerio de Ambiente de la Nación está tratando de proteger los humedales en Corrientes pero también hablan de las capueras acá, y tenemos que estar atentos porque nos pueden impedir seguir forestando; y por otro lado, vemos que en las chacras se tira el monte nativo para plantar tabaco, más que nada sobre la costa del rio Uruguay”.
El empresario Ernesto Miot contó luego que “el principal problema de la madera nativa es la heterogeneidad. Cuando explotas el monte nativo tenés un sinnúmero de especies pero a su vez muchas calidades, no hay un árbol igual al otro, y eso es un problema para industrializar. Cuando se hablan de tecnología se basa en volúmenes, son tecnologías caras y necesitas trabajar mucho volumen, y el bosque nativo no te permite eso, la única forma es hacer lámina y fenólico, pero si querés industrializar aberturas, con todos los costos que tenés, te encontrás con que no tenés mercado porque nadie lo pagará. La única alternativa para agregar valor al monte nativo es encontrar un nicho de muebles especiales, algo de pisos, muebles muy especiales, pero mucha alternativa no hay. Tantos años de trabajo llegué a la conclusión de que tenía que vender los rollos y punto”, aseveró.
Agregó que además “hay demasiada legislación que se sobrepone, y tener un personal tiene el mismo costo para una papelera que para un aserradero chico, y hay que cambiar mucho para desarrollar la actividad. En estas condiciones no creo que se pueda, salvo cuestiones muy excepcionales. Las autoridades con decisión deberían fijarse que la actividad complementa y ayuda a mitigar el cambio climático, a mantener las cuencas de agua y la biodiversidad, por lo que deberían tener otra visión tributaria y fiscal, sino no se puede mantener. Mariano habló de 10 mil metros cúbicos (de producción) al mes de rollo nativo y eso es nada, 60 camiones es nada, cada vez más va desapareciendo la actividad por eso hace falta un cambio de mirada para tratar de mantener lo poco que se está haciendo dio desaparece rapidísimo, hoy no se puede ni cambiar un camión”.
Ante ese panorama, Mariano Marczewski señaló que “estos resultados llegarán a las niveles decisivos más altos, por lo menos para que se tengan en cuenta algunas cuestiones que hoy dificultan la idea proyecto que se visualizó; y es cierto que hoy un productor con bosque ordenado, con madera legal y posible certificación ambiental debería ser contemplado en la cadena de valor no como un actor más sino como un componente ambiental importante para la provincia”.
Tras aclarar que las proyecciones de números que brindó corresponden a las 32 mil actividades habilitados a la fecha, afirmó que “si Misiones no pierde superficie de cobertura forestal por cambio de uso de suelo ilegal, algo difícil porque ese es un problema estructural, con un período de descanso de 20 años podríamos tener unas 45/50 mil ha habilitados anualmente y eso nos daría unos 10 mil metros cúbicos por mes sostenido sin poner en riesgo el capital del bosque. Pero -aclaró- todo es teoría, y reitero que el gran problema estructural que tenemos es el cambio ilegal de uso de suelo. Un bosque degradado se recupera, pero uno desmontado es difícil, una vez habilitada otra actividad económica es difícil restaurar el bosque. El desafío entonces es visualizar esta problemática con un escrito donde podamos poner estas realidades y visualizar cuál es la dificultad, dónde se pueden lograr destrabar algunas cuestiones, y estoy convencido de que solo con la actividad explotación maderera el bosque nativo no se va a salvar. Hasta que tengamos un proyecto de pago por servicios ambientales o restauración, o que el fondo de la ley 26.331 alcance para que se pueda intervenir con menor intensidad los bosques, tendríamos que hacer este esfuerzo es un desafío que está al alcance de estas instituciones que hoy participamos de esta mesa”.
Miot sostuvo que “el pago por servicios ambientales es una condición necesaria pero no suficiente. Tenemos que lograr que la gente pueda participar del aprovechamiento del monte, con muebles, sillas, puertas, etc., esa sería la matriz que te permitiría sostener el recurso en el tiempo sustentable por parte de la naturaleza como socialmente aceptable, porque si la gente no gana plata con eso prefiere plantar tabaco o mandioca. Hacen falta respuestas inmediatas, es un éxito tener un millón de hectáreas de monte nativo, pero se debe poder sostener en el tiempo”.
Fachinello añadió a esta perspectiva que “para levantar nuestra calidad es muy importante la Facultad de Diseño de Oberá, nutrirnos de ellos, vimos que recientemente una silla argentina ganó un premio internacional, así que tenemos mucha materia gris para aplicar aunque estemos lejos de los grandes centros, pero tenemos que aprovechar las herramientas que hay. Le pedimos a los muebleros que se anoten en los planes “Ahora” que permiten vender en hasta 30 cuotas pero muy pocos se anotaron por la poca difusión. Tenemos muchos recursos humanos y no hacen falta grandes inversiones, podemos desarrollar cuencas como los fabricantes de sillones en El Soberbio”, recomendó.
“Otro tema –resaltó- es que a veces nos sentimos muy solos frente a la intrusión. Nos tienen que cuidar un poco más, implementar una línea más directa para ayudar a cuidar los campos y montes, y se tiene que controlar mucho el tabaco porque (las acopiadoras) no deberían darle los químicos al productor que sea intruso”.
Al respecto, Mariano Marczewski contó que “el pasado fin de semana personal del Ministerio estuvo trabajando con la policía y una orden judicial en la ruta 18, pero es un trabajo difícil y es un tema más grande que nos preocupa. Sé que el Ministro de Ecología, Mario Vialey, se reunió con las tabacaleras y hay un compromiso para trabajar con parcelas que tengan el Ordenamiento Territorial de Bosque Nativo por lo menos, que respeten las zonas, pero no es rápida la solución”, tras lo cual sugirió trabajar de manera conjunta para lograr que alguna Agencia financie este proyecto y contar así con un área piloto para desarrollar la pospuesta”.
La gerente de APICOFOM, Cristina Ryndycz, respondió a esa idea señalando que “estuve mirando pero Al Invest tiene cerrada la presentación de proyectos para este este año, sin embargo, ya lo envié para que nos tengan en cuenta el año que viene, aunque igual hay otros organismos que pueden financiar porque no es tan costoso, así que esperamos conseguir alguna ayuda”.
Fachinello indicó luego que “es muy importante la inversión que se hace en muebles escolares pero vamos a comprar a otros lugares o pagamos cara madera que se trae de otro lado, siendo que con diseño y la calidad de nuestra madera deberíamos tener una acción política para que se use. Hay muchas industrias que sin grandes inversiones pueden trabajar esa idea, y eso sería mucha plata que podría quedar acá. Estas son cuestiones reales que se podrían hacer, como fue en su momento la decisión de hacer las viviendas de madera, aunque ahora nos enteramos que están haciendo en San Pedro galpones de conteiner de chapa”, lamentó.
En similar dirección se manifestó Miot cuando dijo que “hace falta la decisión política de impulsar la madera. Cuando uno ve que hay un corte de ruta pidiendo trabajo pero hay posibilidades de generar proyectos, se nota que algo no funciona en la visión de liderazgo de las autoridades, algo está fallando”, aseguró.
En el tramo final del encuentro, Mariano Marczewski indicó que “hay que detectar el mercado más apropiado para el producto que queremos hacer. Quizás las aberturas exteriores no son el destino más apropiado para nuestra madera nativa, y deberíamos trabajar un mercado que valorice el origen de bosque legal sustentable con sello de calidad ambiental, que aprecie vetas y defectos por ejemplo, o premie por el stock de carbono. No digo que sea fácil, pero hay gente que lo está haciendo. Ese mueble tiene que ir a un ambiente distinto al que pensamos, en un mercado que pague eso”.
Ernesto Miot sostuvo al finalizar que “para eso hace falta una dinámica, mano de obra calificada, una industria activa, hay que tener la gimnasia, por eso -aconsejó- es importante que se reconozca a esa pequeña carpintería o industria que está trabajando y participando de la economía”, idea respaldada por el funcionario del Ministerio de Ecología: “Este tipo de industria requiere otro tipo de tratamiento. Hay que revisar la matriz de costos para ver dónde estamos desbordados y mostrar porqué es importante ayudar a esa actividad. Creo que algo podemos hacer entre todos”, indicó Marczewski al finalizar.
Participantes
Ing. Juan Gauto (Subsecretaría de Desarrollo Forestal)
Ministerio del Agro
Mariano Marczewski (director de Bosques Nativos del Ministerio de Ecología y RNR)
Guillermo Fachinello (presidente de APICOFOM)
Ernesto Miot (APICOFOM)
Héctor Perucci (Director General de Desarrollo Forestal)
Cristina Ryndycz (APICOFOM)
Jaime Ledesma (Colegio de Ingenieros Forestales de Misiones COIFORM)