El presidente de FAIMA, Román Queiroz, describió el panorama del sector foresto industrial, durante el desarrollo del 143° Congreso Nacional de la entidad, que se desarrolló el pasado 19 y 20 de mayo, en Santiago del Estero, del cual la Cámara de la Industria Maderera de Santiago del Estero (CIMSE), fue anfitriona.
En ese espacio, el empresario maderero señaló que “la foresto industria, en este momento y como lo marcamos hace unos meses en una conferencia de prensa que tuvimos en la Federación, está atravesando un momento bastante delicado. Convengamos que después de la pandemia el sector creció bastante, los mercados internacionales duplicaron prácticamente sus importaciones, los precios subieron en dólares, muchas industrias empezaron a incorporar personal o ampliar un turnos y el mercado interno también empezó a funcionar muy bien. Las industrias se prepararon como para para poder producir y responder a los mercados, tanto interno como externo, pero en el último año los precios internacionales cayeron a los valores similares a los pre-pandemia y las grandes industrias -que habían incorporado mucha mano de obra para producir- no redujo su personal, siguieron produciendo y volcaron todo el aumento de su producción al mercado interno un mercado interno”.
“Ahora -continuó-, el mercado interno está bajo y el problema grave es que hay mucha más oferta que antes, porque muchas industrias incorporaron tecnología para producir más. Por ende, obviamente si Argentina no exporta, habrá mucha más oferta que demanda en el mercado interno, y por eso tenemos que impulsar a los distintos gobiernos provinciales a la construcción de viviendas de y con madera. En Misiones se encuentra la fábrica de viviendas industrializas con madera más importantes del país, y otras industrias importantes hay en Corrientes, Río Negro, Entre Ríos y otros partes del país. Mientras la construcción de viviendas de madera no sea un eje central de los gobiernos provinciales y nacional, va a ser muy difícil que la industria forestal pueda sostener un ritmo parejo de producción”.
“Otro problema es la exportación, porque si no tenemos ventajas para exportar es muy difícil con un dólar oficial a 230 pesos y un dólar paralelo va de casi 500 -que son los que marcan los precios locales, por ejemplo de materia prima- sea negocio exportar. Hoy por suerte, después de una gestión de distintos organismos, pero principalmente de FAIMA, que hemos pedido el dólar diferencial para los productos de madera, tenemos un dólar a 300 pesos, que genera la posibilidad de que algunos aserraderos puedan exportar mientras antes no lo puedes hacer”.
Finalmente, Queiróz sostuvo que “esos son los caminos que estamos tomando desde FAIMA, impulsar mucho la construcción de viviendas con madera, y si no tenemos ventajas para poder exportar va a ser muy difícil que el sector pueda volver a los niveles que tuvo en el año 2020 y 2021, que fueron realmente muy altos”, para remarcar en el cierre que “la construcción de viviendas con madera es importante no solo por el déficit habitacional sino que toda la cadena de valor trabaja activamente, no son solamente los aserraderos, sino también la producción de muebles o la carpintería de obra, entre otros ítems”, sentenció.